jueves, 29 de septiembre de 2005

Secreto

Antes yo no sabía
por qué debemos todos
-día tras día-

seguir siempre adelante
hasta como se dice
que el cuerpo aguante.

Ahora lo sé.
Si te vienes conmigo
te lo diré.

J.A. Goytisolo

miércoles, 28 de septiembre de 2005

Contradicciones...

Vistas

Dudó si darse un toque de carmín en los labios, pero finalmente decidió que tal como había quedado estaba bastante hermosa, aun cuando se tratara de una hermosura en decadencia por la que habían pasado ya cuarenta y tres años, cuarenta y tres años que no habían logrado destruir el brillo de sus ojos ni corregir el gesto desafiante de sus labios.
Se torció la falda para acentuar la sensación de urgencia y regresó al salón, donde lió un porro que fumó junto al ventanal contemplando las oscilaciones de la luz. Vivía en un piso alto de la zona norte de Madrid (...)
Cuando apagó el canuto, intentó elaborar un pensamiento brillante o trágico, adecuado a la pérdida que acababa de padecer, pero no se le ocurrió nada.

JJ Millás "La soledad era esto"

martes, 27 de septiembre de 2005

La cuerda cortada

La cuerda cortada puede volver a anudarse,
vuelve a aguantar, pero
está cortada.

Quizá volvamos a tropezar, pero allí
donde me abandonaste no
volverás a encontrarme.

Bertolt Brech

viernes, 23 de septiembre de 2005

Ser

"Lo que un día me dijiste
de nuevo suena en mi oído.
La soledad no es tan triste.
Ser es también no haber sido."

Jorge Guillén - Tréboles

jueves, 22 de septiembre de 2005

Utopía


Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.

Eduardo Galeano (Ventana sobre la utopía)

domingo, 18 de septiembre de 2005

Delirios

(.....) En general los humanos no nos permitimos otros delirios, pero si el amoroso.
La enajenación pasajera de la pasión es una chifladura socialmente aceptada. Es una válvula de seguridad que nos permite seguir siendo cuerdos en lo demás. (.....)

Rosa Montero. "La loca de la casa"

Primera página.

Veinte años en el camino del amor
y aún no conozco el camino.
Veinte años, libro del amor,
y todavía voy por la primera página.

Nizar Qabbani

viernes, 16 de septiembre de 2005

Tu voz habla amorosa

Tu voz habla amorosa...
Tan tierna habla que me olvido
de que es falsa su blanda prosa.
Mi corazón desentristece.

Sí, así como la música sugiere
lo que en la música no está,
mi corazón nada más quiere
que la melodía que en ti hay...

¿Amarme? ¿Quién lo creería? Habla
con la misma voz que nada dice
si eres una música que arrulla.
Yo oigo, ignoro, y soy feliz.

Ni hay felicidad falsa,
mientras dura es verdadera.
¿Qué importa lo que la verdad exalta
si soy feliz de esta manera?

Fernando Pessoa

miércoles, 14 de septiembre de 2005

El hombre creó la máquina

Una máquina no siente amor, odio o temor; no padece úlceras, ataques al corazón, ni trastornos emocionales.
Quizás la única posibilidad de supervivencia del hombre sea convertirse en una máquina.
Algunos lo han conseguido. A veces esta evolución se produce sin que el hombre lo advierta.
Sucede quizás la primera vez que se dice: Me duele, y su subconsciente contesta: “Si corto todos los sentimientos de mi vida, no podrá lastimarme”.

martes, 13 de septiembre de 2005

Un amor pequeño


"......Y para que sepas que no lo has hecho tan mal, llega a la cima, sube de una vez y baja, y verás que no hacía falta correr. Que no existen las montañas malditas, que no existe lo que pudo haber sido y no fue, que lo que tienes no es peor que lo que hubieras tenido. Que no te perdiste en ninguna montaña y mucho menos te perdiste por no haberla subido. (...) No te has perdido ninguna montaña, porque nadie pierde montañas. (...) No hace falta subir montañas. No hace ninguna falta.

Alejandro Gándara

Vida


Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro

domingo, 11 de septiembre de 2005

Un Amante


Un Amante es: "Cualquier cosa que nos apasione".

Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y también aquello que a veces, no nos deja dormir.
Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
Un amante puede ser nuestra pareja, si nos animamos a encontrarlo allí.
En otros casos es otro alguien que no es nuestra pareja.
También podemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby que nos monopilza cada instante “suelto”..
En fin, es “alguien” o “algo” que nos perturba la conciencia al punto de dibujarnos una sonrisa al solo pensarlo apartándonos aunque sea un momento del triste destino de sobrevivir.

Extraido de www.bucay.com De autor desconocido.

El regalo


Fui a la librería a comprar un ramillete de versos. El floricultor que la atendía me dijo que no quedaban más. Pero no me rendí. Fui a la florería y pedí un libro de jazmines oliendo a poesía. El editor se excusó amablemente alegando que ese libro se había marchitado.

Terco como soy, entré en el circo para comprar la tristeza del payaso, pero el domador de ilusiones sólo quiso vender la caricatura de su sonrisa. De allí, fui hasta la maternidad para comprar un poquito de ternura. La partera de turno me dijo que tal sentimiento sólo es encontrable en el útero de algunos poemas.

Entonces, frente al dilema de parar o seguir, decidí continuar la búsqueda, porque deseaba mandar un regalo que significase algo más que una pequeña muestra de afecto. Sí, busqué algunos gritos de felicidad, pero sólo encontré gemidos de segunda mano.

Intenté encontrar suspiros de placer, pero el tendero sólo tenía silencios que no paraban de gritar. Revolví todos los estantes buscando un vino añejo hecho de sudor nacido en el deseo y de lágrimas lloradas en la emoción del encuentro, pero apenas hallé botellas vacías que pacientemente esperaban por la mano que las llene.

Y así, de estante en estante, de tienda en tienda, de barrio en barrio, agoté todas las posibilidades, ya que en la ciudad solo sobraron sin mácula las esquinas de la vida, las plazas de la esperanza, los árboles impávidos, y los nidos sin candado en los que habitan los pájaros sin tristeza.

Por eso, no tuve otra alternativa. Ojalá que puedas usar la esquina que te mando para esperar sin temor a que el semáforo de la felicidad se ponga verde de alegría; la plaza, para que en ella puedas deshojar la alegoría de tus sueños en flor, recitando mariposas de todos los colores; los árboles, para que den sombra a la inspiración, siempre que ella visite el jardín de tu memoria; los nidos, para que en ellos florezca el gorjeo que tu sensibilidad entone en prosa y verso; y los pájaros felices, para que sobrevuelen los paisajes que tu imaginación cincele en sus retinas.

Fue lo único que encontré para mandarte. Sé que es muy poco, poquísimo, pero, como traté de explicarte, fue lo único que encontré para mandarte.

Bruno Kampel

sábado, 10 de septiembre de 2005

Ironía

De esta forma amaban todos a Siddhartha.
A todos causaba alegría, era un placer para todos.
Pero él, Siddhartha, no se causaba alegría, no era un placer para sí mismo.

Herman Hesse

miércoles, 7 de septiembre de 2005

Balada para los poetas

¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?
¿Qué miran los poetas andaluces de ahora?
¿Qué sienten los poetas andaluces de ahora?

Cantan con voz de hombre, ¿pero donde están los hombres?
con ojos de hombre miran, ¿pero donde los hombres?
con pecho de hombre sienten, ¿pero donde los hombres?

Cantan, y cuando cantan parece que están solos.
Miran, y cuando miran parece que están solos.
Sienten, y cuando sienten parecen que están solos.

¿Es que ya Andalucia se ha quedado sin nadie?
¿Es que acaso en los montes andaluces no hay nadie?
¿Qué en los mares y campos andaluces no hay nadie?

¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta?
¿Quién mire al corazón sin muros del poeta?
¿Tantas cosas han muerto que no hay más que el poeta?

Cantad alto. Oireis que oyen otros oidos.
Mirad alto. Veréis que miran otros ojos.
Latid alto. Sabreis que palpita otra sangre.

No es más hondo el poeta en su oscuro subsuelo.
encerrado. su canto asciende a más profundo
cuando, abierto en el aire, ya es de todos los hombres.

Rafael Alberti

domingo, 4 de septiembre de 2005

He aquí que tu estás sola

He aquí que tu estás sola y que yo estoy solo.
Haces cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.
.
Yo no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra, a flor, hueles a amor, y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tu me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en estos brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.

Jaime Sabines