jueves, 30 de junio de 2011

Satisfacciones

La primera mirada por la ventana al despertarse, el viejo libro vuelto a encontrar, rostros entusiasmados, nieve, el cambio de las estaciones, el periódico, el perro, la dialéctica, ducharse, nadar, música antigua, zapatos cómodos, comprender, música nueva, escribir, plantar, viajar, cantar, ser amable...
Bertolt Brecht (Satisfacciones)

domingo, 19 de junio de 2011

Siempre he pensado que soy una persona afortunada

Hay etapas en la vida que parece que brillan. Son etapas en las que aún a pesar de mil cosas, hay mucho de bueno.
Hay personas muy especiales en mi vida, que se preocupan por mis necesidades, que hacen que me sienta muy querida, aparecen nuevas personas de manera inesperada que hacen que me levante con una gran sonrisa y vuelva luego a casa con otra, quizás, aún mayor.
El jueves 9, fue uno de esos días que siento que esto es cierto, que soy una persona muy, muy afortunada y tengo que confesar, que, cosa rara, por primera vez en años, un regalo inesperado me hizo llorar.
¿Cómo decir...?........¡Gracias, gracias por estar en mi vida!

 


miércoles, 15 de junio de 2011

Buscar...

Cuando alguien busca-dijo Siddhartha-,suele ocurrir que sus ojos sólo ven aquello que anda buscando,y ya no logra encontrar nada ni se vuelve receptivo a nada porque sólo piensa en lo que busca,porque tiene un objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo.Pero encontrar significa ser libre,estar abierto,carecer de objetivos.

Herman Hesse-Siddharta

miércoles, 8 de junio de 2011

Imposibles

Necesidad y sed

" Si hoy me preguntaran en qué se reconoce el amor, si tuviera que establecer un diagnóstico de lo que es el amor, diría: "En primer lugar, la necesidad de la presencia". Y digo bien: necesidad, tan absoluta, tan vital como una necesidad física.
 "Después, la sed de comunicarse." La sed de comunicarse consigo mismo y con el otro, porque uno se encuentra tan maravillado, tiene tal seguridad de estar viviendo un milagro, tanto miedo de perder algo que jamás había esperado, que la suerte no le debía y quizá le dio por distracción, que a todas horas se experimenta la necesidad de tranquilizarse y, para tranquilizarse, de comprender. "

Georges Simenon