Menudas las palabras,
los gestos diminutos,
las cotidianas voces;
He aquí lo que uno recoge
a lo largo del día.
Y mientras tanto,
sobre tu corazón crece la ausencia
de los labios queridos.
¡Qué enorme es el naufragio
tan cotidiano y duro de los hombres!
Sobre la mesa, como siempre,
mudo queda el diario
de un loco abandonado.
José Antonio Labordeta (Diario de un náufrago)
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