Los pedacitos de felicidad
son como fiebres migratorias
llegan con la estación en alza
se van con el segundo frío
los pedacitos de congoja en cambio
derraman pétalos o miedos
pero también espinas despaciosas
que no se van / se quedan
desdicha y gloria retenidas
a puro ánimo en su borde
permanecen ahí como garantes
de la conciencia y de la muerte
Mario Benedetti (LA vida, ese paréntesis)
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